Por primera vez en muchos años, nos hemos ido de vacaciones tres días a Mojácar (a mesa puesta, sino no son vacaciones ¿o no?).
En la maleta traigo historias de todo tipo, hasta historias para no dormir "literalmente".
Repasando todas esas historias (que pretendo seguir reteniendo en mi mente, para poder exponerlas), el buffet del hotel llena muchas páginas simpáticas de lo que allí vivimos.
Nos hemos sorprendido de la cantidad de comida que se come, esperamos que esto sólo suceda por encontrarnos en un lugar con todo tipo de comida, sin límite alguno, estar pagado y coincidir con vacaciones, porque si no es así, el promedio de obesos en España estaría por la nubes y por supuesto estaría más que justificado ... os lo puedo asegurar.
Cuando vas a un sitio nuevo siempre encuentras personas que "se parecen" a las que habitualmente viven en tu entorno ... tu vecino del portal 2, ... aquel actor que trabajaba en "Los Serrano" ...
Nosotros nos encontramos con el parecido de nuestro vecino del portal 2 ... si este hombre supiera todo el seguimiento que le hemos hecho (es de cotillas), jajjaja. Siempre era de los primeros en entrar, cogía la misma mesa ... aquella pegada en la última esquina del salón. Instalaba a su familia en la mesa y se dedicaba a ojear los mostradores de comida, los repasaba dos o tres veces y aquí empezaba su ir y venir con platos. Deciros que esperó tres colas para coger cuatro platos de pulpo a la gallega, de cada vez. Que los platos de sopita (a medio día) para sus niños (sentados esperando, sin ningún ruido), no faltaban. También era asiduo en la cola de pescados y carnes a la plancha. Este chico seguía todo un ritual de colas y viajes, hasta que se sentaba a comer. Tengo que decir, todo un amo de su casa, de su familia ... un superpadrazo.
El viernes a mediodía también llegó "la madre chillona" ... Ufffffff! qué comidas, desayunos y cenas les dio a uno de sus hijos y al resto de comensales. Chillaba en voz baja a su hijo mayor (de unos cinco o seis años). ¿Conocéis ese tono de voz, que pretendes chillar sin que nadie te escuche, saliendo unos horribles gruñidos de la garganta, ... que llaman la atención de toooodo el mundo y cuando te das cuenta de que todo el comedor de hotel te está mirando ... quieres "majá" a tu hijo? Pues eso a todas horas,durante todas las comidas. Menos mal que nosotros en media hora estábamos listo y nunca acabábamos las historias iniciadas en cada comida.
En la mesa de al lado coincidió una pareja de unos 50 años, con tres hijos mayores (alrededor de 20 años), en el que la madre se dedicaba a que los camareros no limpiaran la mesa de los niños (pensando que habían terminado, cuando realmente estaban buscando nuevos platos de comida), y el marido (digo yo) sentado firme, impertérrito, sin mediar palabra ... esperando a que llegaran los platos a su mesa (por supuesto sólos no venían, los traía la mujer a orden del marido). ¿Todavía quedan personas así, que no son capaces de levantarse a coger un plato y llenarlo con el tipo de comida que quieran y la cantidad que se les apetezcan? Que como a su mujer ya le ha pagado un hotel y una comida, hasta ahí llegan sus vacaciones, no permite que su pareja descanse, y el único descansado pueda ser él ...
No se si es cuestión de machismo o feminismo, pero la verdad, nos hemos quedado alucinados, porque hemos visto muchísimos yayitos intentando revivir su luna de miel, supercariñosos, halagándose mutuamente, dedicándose y compartiendo cada plato que se servía en la mesa (por cualquiera de los dos), y cómo personas de edad media (que están en la flor de vida) pueden vivir todavía en este estado de autoritarismo.
En otra seguiré contando más historias de nuestra estancia en el hotel, pero si hay algo que faltó entre tanta comida que había en el buffet, fue una tortilla de patata, por eso la traigo hoy y además light por el poquito aceite que lleva.
Ingredientes:
1 kg de patatas.
1 cebolla grande.
6 huevos.
4 cucharadas de agua.
Aceite de oliva.
Sal.
Preparación:
Pelamos las patatas, las cortamos en láminas finas. Picamos la cebolla en juliana y lo pondremos en un recipiente apropiado para el microondas. Añadimos un chorrito de aceite de oliva con una pizca de sal. Mezclamos y tapamos el recipiente con film transparente, al que realizaremos unos pequeños agujeros para que salga el vapor.
Poner en el microondas durante 1 minuto a una potencia aproximada de 600 w. Sacamos, dejamos reposar un par de minutos y retiramos el film (cuidado con el vapor). Añadir las patatas, un chorrito más de aceite, otra pizca de sal y 4 cucharadas de agua. Removemos todo e introducimos de nuevo en el microondas.
El tiempo de cocción será aproximadamente de 10-15 minutos, dependiendo de la potencia del microondas, de la patata y el recipiente donde lo hagamos. Es recomendable sacar las patatas cada 5 minutos, mezclar y ir viendo su punto de cocción.
Una vez tengamos la patata cocinada en su punto, realizaremos el último tramo de la receta de la forma tradicional, en la sartén. Batimos los huevos y los añadimos a las patatas. En una sartén con un chorrito de aceite, freímos la tortilla de patatas, dándole la vuelta y retirándola del fuego cuando esté en el punto que más nos guste, cuajada o un poquito cruda.
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