Solomillo en salsa de cebolla y queso

Este solomillo en salsa de cebolla y queso se la voy a dedicar a mi decimo primera seguidora, Mayda. Si le gusta todo lo que le pone su amiga María Alonso, creo que esta recetilla también le va a agradar.

Mayda, gracias por tu simpatía y comentarios.

Xtos guapísima.

Antes de contar nuestra primera historia de llegada al hotel de Mojácar, vamos a ponernos en situación.

A ver, llevamos casi diecinueve años casados y hasta el día 26 de Agosto no habíamos realizado ningún tipo de vacaciones de esas "ir solitos a mesa puesta", aunque sólo fuera por tres días.

Salimos de Benalmádena a las 10:30 de la mañana con todo el itinerario de ruta en mano.

Cuál es nuestra sorpresa cuando vemos que la autovía A7 se corta, y nos deriva a una carretera nacional de costa, atravesando pueblo tras pueblo (donde cada semáforo tenía un montón de rojos, verdes y ámbares, antes de movernos y seguir la ruta marcada en el papel), final de mes, carreteras en obras y siendo jueves ... tractores a 20 Km por hora sin un carril adicional para vehículos lentos ... en fin un calvario, nos veíamos como en los años setenta sentados al lado de la familia Alcántara, jajajjaaja.

Cada veinte minutos de caravana, mi marido me preguntaba "nena, ¿tu sabes si debemos algo a Silvia? (Silvia es una amiga que trabaja en una agencia de viajes y es la que nos hizo la reserva del hotel). Por favor llámala y dile que de verdad se nos ha olvidado ... lo que sea que le debamos, pero que nos diga cómo salir de aquí ... porfa ... jajajjajajaja."

Por fin a 54 Km antes de llegar a Almería volvemos a encontrar A7 con dos carriles en cada sentido ... no lo podíamos creer, por fín se quedaban atrás los tractores, los camiones y todos esos semáfores supermultitricolores (seguro que esta palabra no existe, pero no sé qué otra denominación podría definirlos).

A las 14:45 llegamos al hotel ... con caras de haber pasado bajo siete mares, con un calor impresionante, con una cola de recepción en el hotel ... después de diez minutos de espera en cola, nos toca el turno de ser recepcionados por una chica vestida de azul, con unos modos casi familiares, en la que nos "ofrece" (por no decir asigna) la habitación 225, nos indica que se encuentra subiendo las escaleras (que dan a la puerta del hotel, aquella por la que hacía catorce minutos habíamos entrado), a mano izquierda por el pasillo adelante ... y allí nos dirigimos con maleta y bolso en mano, subimos las escaleras (tan locos estábamos por llegar que no vimos la rampa habilitada para minusválidos y ayuda para transporte de maletas) dispuestos a llegar ... íbamos andando y mirando de izquierda a derecha pasillo adelante ... 269, 270, 271,

Mientras iba diciendo: "Adiós, dónde está la habitación si ya la hemos pasado ... ¿y no nos hemos dado cuenta?"

Nos damos la vuelta con maleta y bolso en mano  (esta vez prestando más atención al número de habitaciones ... ascensores ... carrito de limpieza...), "Ajá, aquí está la habitación con el carrito de limpieza delante". Mi marido mete la tarjeta en el dispositivo de la puerta, para que esta se abriera y vemos a una señora con un supermoño en el pelo negro azabache y vestido refloreado sentada en una de las camas, atándose los zapatos ... y a otra poniéndose el sujetador en el cuarto de baño (la vimos por el espejo). Ambas nos miran, no dicen nada ... y nosotros sintiéndonos intrusos ... cerramos la puerta.

Aquí mi marido ya suelta maleta y me deja en la puerta de la habitación con maleta, bolso y carrito de limpieza por compañía, se dirije de nuevo a recepción y le explica, qué nos acaba de ocurrir.

Otra recepcionista del hotel le contesta: " Caballero, ¿ocupada?"

-"Sí, señorita ocupada".

-"¿Será que se ha encontrado maletas dentro?"

-"Mire no señorita, la habitación estaba ocupada".

-"Pero ocupada ... ¿con gente dentro?".

-"Sí señorita, una vistiéndose y otra saliendo de la ducha, poniéndose la ropa interior"

-"¿?" (esto es la cara de sorpresa en la recepcionista). ¿Cómo ...? Ah, ... perdone, será que los antiguos ocupantes no se han ido todavía. Pero no se preocupe, que le vamos a asignar otra habitación muchísimo mejor.

-"Gracias" le contesta mi marido mientras ella hacía los cambios opotunos para nuestra segunda ocupación.

Mientras tanto, yo seguía en la puerta de la habitación con maleta, bolso y carrito de limpieza observando desde la distancia la conversación entre la recepcionista y mi marido, cuando salen dos mujeres de la habitación (la del moño y vestido floreado, y la del sujetador con una bata celeste) hablando bajo entre ellas, la del moño se va pasillo adelante y la otra coge el carro de la limpieza y se va ... "¿? " (este vez, éste era el aspecto de mi cara con todo lo que nos estaba pasando ... las tres de la tarde y sin comer).

Realmente el cambio de habitación mejoró muchísimo, sobretodo después de haber visitado el  hotel y haber reparado en cuál había sido la habitación que nos habían "ofrecido"...

Llevamos 20 años juntos, son nuestras primeras vacaciones de tres días solos y nos dan una habitación que te la encuentras (antes de bajar las escaleras de la recepción del hotel), sacando la mano por el balcón (perdón los hoteles tienen terrazas con una vistas maravillosas, que no dicen a dónde), podíamos parar el tráfico de la carretera, o bien mirar las piernas de todos los visitantes del hotel, pues dicha "terraza"quedaba por debajo de la acera, o hasta incluso mejor recepcionar la entrada al hotel ..., desde luego con vistas a las ruedas de los coches aparcados junto a la acera.

No estoy hablando de un hotelucho de tercera ni un motel (con todos mis respetos a ellos), pero nosotros habíamos pagamos una estancia de tres días en un hotel de cuatro estrellas, de una reconocida cadena de hoteles por toda la Costa Mediterránea.

Mi pregunta es la siguiente ¿Por qué habiendo habitaciones con maravillosas vistas (sin ocupar), te dan aquellas que no tienen ni vistas, ni seguridad, donde la estancia en el hotel puede ser un completo desastre, como para no querer volver o como para solicitar que te devuelvan aquel dinero que un mes antes habías abonado; esperando un maravilloso descanso de tres días después de casi veinte años; e irte de vuelta a casa?

Tengo que decir que la respuesta del hotel fue muy buena ... eso sí, no creo que este trato tenga que venir precedido de tener que descubrir a nadie en su "afair ...", tendría que ser primario y una vez que no tuvieran habitaciones libres, disponer de las menos favorecidas y a un coste menor, por supuesto.

Nuestra amiga Silvia, una vez le comentamos lo sucedido nos explicó, que si la habitación de un hotel no te gusta, puedes solicitar, pedir, exigir que te la cambien por otra.

Desde luego todo esto era nuevo para nosotros, pero si hay alguien que le sirva de ayuda ... pues ahí va nuestra experiencia.

Nota: Desde aquí queremos darles las gracias a la señora morena de gran moño y vestido refloreado y a la otra ... aquella, digamos de bata celest, y carrito de limpieza en mano. 

Basta decir que sin su "ayuda" nuestra estancia en el hotel habría sido completamente distinto al que tuvimos.

Otro refrán dice "Es de ser bien nacido, ser agradecido".

Por supuesto ... gracias.

Ingredientes:

1 kilo de solomillo (yo de cerdo).

1 cebolla.

3 dientes de ajos.

1 pimiento rojo gordo.

1 pimiento verde fino.

Hierbas provenzales.

Perejil.

Aceite de oliva.

1 vaso de vino blanco

3 quesitos de porciones.

50ml de nata.

Sal.

Preparación:

Sellar levemente (luego se terminará de hacer con la salsa) el solomillo en filetes finos y pequeñitos, a la plancha, reservar y sazonar. En otra sartén poner a pochar con aceite de oliva, la cebolla, los pimientos y los ajos, todo troceado y sazonar. Cuando esté todo pochaíto se agrega el solomillo ya hecho, las especias, el vino y el queso.

Se deja todo a fuego lento un par de minutillos, hasta que la salsa haya reducido, aquí añado la nata y lo dejo un par de minutillos.

Se saca y reserva el solomillo.

Se tritura la salsa con la batidora y se vuelve a añadir a los filetes de solomillo (ya con la vitro apagada), para que se mezclen los sabores.

Emplatar y acompañar con patatas fritas, arroz hervido o puré de patatas ... ummm ... para nosotros que comemos a las doce y media o una  ... las patatas fritas se quedan a medio camino y no llegan a la mesa ... qué le vamos a hacer ... algo así le pasó a la salsa del plato ... uy!!! que no hay? ... ummmm ...