Libritos "San Jacobos"

"-¿Mamá, quedan San Jacobos de la comida?" Era mi pregunta de los domingos por la noche.

"-Cuñada, ¿cuando me vas a invitar a cenar San Jacobos?" Mi cuñado se preocupa de recordármelo ... pues casi cada vez que nos reunimos, durante algo más de 20 años.

"-Tita, vamos a ir esta noche a probarme el vestido de diosa griega, ¿tienes San Jacobos?" Esta es el bellezón de mi sobrina, con la que compartimos algo más que esos maravillosos desayunos (en esa cafetería que soy incapaz de pronunciar), costuras, despistes y largas, cómplices e inolvidables risas que nos dejan abrazadas entre lágrimas.

"-Nena, tú te ocupas de los San Jacobos. Ya sabes, dos sin queso, y otros dos sin huevo." Son el acompañamiento de algunas cenas de Noche Buena y Noche Vieja.

"-Mami ¿sabes qué me apetece hoy? Ummmm, unos ricos San Jacobos." Estos son mis hijos, en cualquier estación del año, y sin horario preestablecido, da igual para comer que para cenar, da igual recién hechos que a temperatura ambiente, da igual en casa que en la playa o campo

Estas son muchas de las frases que acompañan a los San Jacobos en mi casa, desde que era muy pequeña. Poco a poco fueron más y más repetitivas; la familia aumentaba.

Creo recordar que la receta inicial era otra, pero mi madre la modificó a su gusto y sin lugar a dudas es la que ha permanecido en mi casa desde que tengo memoria.

Ingredientes:

Filetes de lomo de cerdo abiertos en libro, a ser posible finitos. (Si os lo cortaran gorditos, podríais hacerlos más finos, aplastándolos con un cuchillos de hoja ancha).

Lonchas de queso, yo utilizo Gouda.

Lonchas de bacon ahumado, 1/2 por libro. Yo utilizo Oscar Mayer.

Sal.

Harina.

Huevo o Leche para los alérgícos al huevo.

Pan rallado.

Aceite de oliva.

Preparación:

Sazonar los libritos de lomo, recordando que llevarán bacon, y que este ingrediente, ya le va a aportar otro punto de sal al paladar.

Meter media loncha de bacon, entre la de queso y poner las dos piezas en el lomo, que cerraremos.

Pasamos por harina, huevo y pan rallado, y freimos en aceite caliente por ambos lados. Al sacarlos, los pondremos encima de papel absorbente, para eliminar el aceite sobrante.

Si los filetes del librito son finos, nos facilitarán a la hora de freírlos, ya que se harán bien por dentro, el queso se derretirá y el bacon se cocinará ... y al cortarlos disfrutaremos de ese río de queso bajando por los bordes del lomo.

Nota: Los preparo en cantidades importantes, 30 o 40 cada vez, porque los congelo ya rebozados.

Forro un plato llano con film transparente que estará muy tirante. Encima los libritos ya rebozados sin freir y procurando que no rocen unos con otros. Los pongo en el congelador y una vez congelados, los despego del film del plato y los meto uno a uno en una bolsa de congelar. Así tenemos siempre San Jacobos individualizados, para utilizar los que necesitemos y el rebozado no sufrirá esos daños que sufren cuando los congelamos todos juntos, unos encima de otros.

Feliz domingo.